Conciencia de Unidad y Conciencia Dual: Dos miradas para entender la realidad.
Vivimos en un mundo polarizado, fragmentado, en donde nos enseñaron a categorizar y definir nuestras emociones o los sucesos que nos ocurren, desde una mirada dual; bueno-malo, lindo-feo, amor-odio. Esto, nos ha llevado a mantener profundos desequilibrios internos, a lo largo de nuestra historia individual y colectiva. Hemos aprendido, a evitar cualquier situación que nos genere algún tipo de desajuste y/o conflicto emocional. Solo nos aproximamos, a aquello que nos genera tranquilidad y bienestar.
Este paradigma, se basa en el modelo de las leyes clásicas del movimiento de Newton; que hace alusión, a que podemos ejercer un control sobre la naturaleza, esto quiere decir; que todo está separado y nuestra psique no interacciona con el mundo. Sin embargo, a comienzos del siglo XX, se comenzó a estudiar el mundo de las partículas subatómicas. Se descubrió entonces que, a esa escala, las leyes de la ciencia y de la física que regían el mundo no podían aplicarse. Conceptos básicos como el espacio, el tiempo y la materia perdían todo el sentido. Las partículas podían estar en varios sitios a la vez, podían teletransportarse e incluso viajar al pasado.[1]
Sin embargo, el surgimiento del paradigma de la física moderna, (física cuántica), ha venido a instaurar el concepto; conciencia de unidad, como una invitación a observar ciencia y espiritualidad como dos doctrinas complementarias que juntas, pueden ayudarnos a comprender la esencia y el sentido de la vida. [2]
Esto significa, comenzar a comprender la influencia que ejercemos en nuestro entorno y que cada uno es responsable de cómo quiere vivir los distintos acontecimientos que experimentamos a lo largo de nuestra vida, la forma y/o manera en la que decidimos afrontarlos. En el campo de las posibilidades, tenemos infinitas y múltiples opciones, eso va a depender de cada ser humano en particular, ya que, cada uno tiene su propia historia individual, familiar y cultural, por lo tanto, la manera en la que interpretamos y percibimos nuestra realidad, es única, personal y subjetiva.
Desde una mirada polarizada (conciencia dual), toda nuestra atención está centrada en los pensamientos, ósea, nuestro ego, que desde un orden secuencial de causa-efecto, se identifica con ellos, en busca de algún tipo de solución y/o respuesta externa, que “calme” nuestro sentir interno. Se nos ha enseñado que la calidad de nuestra vida mejora principalmente si mejora nuestra fortuna externa, aunque tarde o temprano comprendemos que las cosas externas, si bien valiosas, no sirven para tratar la inquietud profunda de nuestra alma. [3]
Bajo la perspectiva de una conciencia de unidad, no existe la identificación, ni la separación. Esta todo conectado entre sí, somos una red de información infinita, donde interactúan el entono y nuestra conciencia como un todo. Desde esta comprensión, es importante comenzar a integrar cada una de nuestras partes, sobre todo de aquellas asociadas al dolor, y sus diferentes momentos y estados. Ya que, como se mencionó al comienzo de este artículo, los seres humanos tendemos a evitar cualquiera situación de incomodidad y/o conflicto interno. En la mayoría de los casos, por miedo a enfrentarnos a lo desconocido, a la incertidumbre, debido a que, constantemente necesitamos tener el control de lo que voy a sentir y/o va a suceder. Nos dificulta tomar decisiones, confiar en nosotros mismos e ir por aquello que deseamos, creemos necesitar certezas en todos los ámbitos y aspectos de nuestra vida.
¿Entonces, como se lidia y/o enfrenta el dolor, el conflicto y sus diferentes estados, desde una conciencia de unidad?
La respuesta, es sencilla, no obstante, en el mundo dual en el que vivimos, probablemente difícil de llevar a cabo y accionar en la realidad, ya que, se necesita y requiere mucha voluntad, no desde un lugar de sacrificio, si no más bien, desde un lugar de total aceptación. Esto significa aceptar, que yo soy, todo aquello que me ocurre y/o siento, sin categorizaciones, ni identificaciones de lo correcto e incorrecto, bueno o malo, si no que, permitiéndome experimentar y sentir esa vivencia sin juicios y resistencias.
La dificultad surge, porque el ego, intenta asimilar la información a través del intelecto. Este tipo de pensamiento dual, este asentado en el ego y en su persistencia por creer en un mundo de separación. La resistencia del ego a dejar de hacerse preguntas duales, lineales y causales, estriba en su capacidad para conocerse a sí mismo como parte del todo. [4]
Por ende, si queremos o pretendemos comenzar a entendernos, conocernos y/o sanarnos, es necesario permitir la oportunidad de acceder a los distintos aprendizajes y experiencias que la vida nos entrega, con a la finalidad de crecer, evolucionar y potenciar nuestro proceso de desarrollo, desde un lugar de total aceptación y así poder habitar y descubrir nuestra verdadera unidad y libertad interior.
[1] Enric Corbera Institute, Tema 1
Conciencia de Unidad.
Bioneuroemoción. 1-67 (2019)
2 Enric Corbera Institute, Tema 1
Consciencia de Unidad
Bioneuroemoción. 1-67 (2019)
3 Hudson, D. Riso, D.
La Sabiduría del Eneagrama.
España. (1999)
4 Enric Corbera Institute, Tema 1
Conciencia de Unidad
Bioneuroemoción. 1-67 (2019)
Autora: Catalina Moukarzel Cuevas
Psicóloga clínica y Terapeuta Integral. Universidad Central de Chile. Post Grado en Bioneuroemoción, Enric Corbera Institute. España Diplomado en Terapia Integrativa. Arawa. Chile Terapeuta Floral (Esencias Bach y Alma esencias). Facilitadora en Resonace Repatterning. Chile.